NECESITO CONCENTRACIÓN (o tapones en los oídos)

No sé si a vosotras os pasa, pero yo me siento un tanto culpable si toda mi familia está sentada por la noche en el salón y yo estoy en mi cuarto de costura dándole al pedal. Como soy una manos inquietas y no sé estar sentada sin hacer nada, decidí que lo mejor era aprender a hacer ganchillo y punto, así podría estar y charlar con ellos.

Pues bueno, dicho y hecho, el lunes pasado empecé a ir a clases. Son tres clases al mes de tres horas y media, más que nada yo voy para que me enseñen a enterder los croquis que salen en las revistas, porque no entiendo nada de nada y me apetece mucho hacer calados.
Con una muy buena profesora que parece tener toda la paciencia del mundo, el primer día ya aprendí a hacer una muestra de un calado, que se suponía iba a ser el bajo de una chaqueta, ja que me parto!!

Cuando hacía estos planes se me olvidó que cuando haces calados (y sobretodo si no tienes ni idea) la mente solo puede estar contando que si uno del revés, que siete al derecho, que si uno doble y así hasta los restos. Entonces para que quiero estar con mi familia si no les puedo prestar la mínima atención, eso sin olvidar que mi hijo de once años no para nunca de hablar y de hacer preguntar de los temas mas variados; a las que obviamente espera respuesta. Así que de estar concentrada nada de nada y después de hacer y deshacer no sé cuantas veces, mi paciencia se ha esfumado, se ha ido y no sé cuando va a volver. Por lo tanto de momento punto liso.

Ains... con lo mono que quedaba.